Septiembre ya está aquí y eso solo puede significar una cosa: ¡es tiempo de vendimia! Pasear entre hileras de viñedos, recorrer en bicicleta los colores del otoño, degustar tus vinos favoritos... son solo algunas de las maravillosas actividades que puedes hacer este mes. Pero si la nostalgia de las vacaciones es más intensa de lo habitual, aún tienes tiempo de descorchar algunos vinos con aroma a verano.
Tanto si eres una persona de playa y sombrilla como si te encantan las excursiones por la montaña, sigue nuestros consejos y vuelve (al menos con la mente) a esa tarde de junio en la que todo estaba a punto de empezar y ya soñabas con hacer las maletas. Y, por supuesto, no te olvides del vino.
Un verano junto al mar
¡Ganas de... brindar! Porque, aunque el calor da ganas de meterte en el agua y descansar bajo una sombrilla, al llegar la brisa del atardecer, es imposible rechazar una buena copa de vino. Sobre todo cuando el menú incluye pescado fresco, para el que un Vermentino Toscana IGT Selvato es un acompañante perfecto: no en vano se dice que es "la uva que ama el mar".
¿Cómo no recordar esos maravillosos paseos por la playa, entre un aperitivo y otro en Cerdeña? No hace falta mucho para volver a sentirte así. Elige un vino blanco fresco con un alma fuertemente territorial, como un Isola dei Nuraghi IGT Bianco, y estarás un poco más cerca. Sus aromas de fruta de pulpa blanca y delicadas flores blancas, junto con las notas saladas y minerales que caracterizan a los vinos sardos, lo hacen perfecto tanto para acompañar un pescado como para tomar con un queso poco curado. Con una mozzarella de búfala, por ejemplo, es una combinación que debes probar.
Brindis entre montañas
Te gusta la montaña y la aventura, pero sobre todo te gusta admirar las inmensas vistas desde lo alto mientras degustas las delicatessen locales y disfrutas de una copa de buen vino. Aquí es donde los tintos se abren un hueco en la mesa incluso en agosto, convirtiéndose en los protagonistas de muchas comidas y cenas en compañía. Volviendo a esa actitud despreocupada, ¿por qué no organizar una velada de "polenta y queso" con los amigos? Con un par de botellas de Merlot (o algunas más), crearás el ambiente perfecto. Otra buena opción podría ser el clásico Teroldego, un tinto intenso y afrutado, típico de la región de Tirol del Sur. ¿Sabías que el nombre de este vino deriva de "Tiroler" y "Gold", que significa "Oro tirolés"? El nombre lo dice todo sobre este fantástico vino...
Pero el norte de Italia también es el hogar de excelentes vinos blancos, famosos en todo el mundo por su carácter fino y elegante. En este caso, el Müller Thurgau tiene sin duda un papel protagonista: con sus notas de melocotón y manzana Golden y su marcada persistencia, este vino blanco sabe hacerse notar.
Colinas y copas bajo las estrellas
Hay algo fascinante en la paz que se respira en el campo. Entre pequeños pueblos que parecen haberse detenido en el tiempo y vastas extensiones de prados en flor, tus vacaciones fueron un verdadero tiempo de relax. ¿Qué es lo que más te gustó? El ambiente de comunidad que se crea en cada comida. Ya se sabe que una tabla de embutidos, más aún si va acompañada de las tradicionales tigelle y los gnoccos fritos, es siempre un buen comienzo de cualquier velada. En este caso, dos compañeros infalibles son el Bonarda dell'Oltrepò Pavese y el Lambrusco di Modena DOC. Su agradable efervescencia limpia la boca, e invita a tomar una segunda copa: ideal para una cena campestre que termine mirando al cielo estrellado con el sonido de los grillos de fondo.
Y aunque el verano esté a punto de terminar, no dejes de brindar. ¡Septiembre y la vendimia son una muy buena excusa para llenar la copa y seguir brindando!