En el mundo del vino, el mes de septiembre está lleno de magia: la llegada del otoño marca el inicio de la vendimia, es decir, de la recogida de la uva. ¡Especialmente en Italia, esta época del año representa un ritual que se repite año tras año, acompañado de antiguas tradiciones llenas de significado antropológico y fiestas de la vendimia! Y aunque el verano esté llegando a su fin, no temas, ¡con los vinos adecuados puedes volver a estar de vacaciones!
¿Cuándo es la época de la vendimia?
La época de la vendimia es sin duda un momento muy emocionante: tras un duro año de trabajo en los viñedos, por fin es hora de cosechar los frutos. Aunque del norte al sur de Italia suele coincidir con el mes de septiembre, la época de la vendimia puede variar en función de varios factores: el tipo de vino que se vaya a elaborar, las condiciones climáticas y el grado de maduración de la uva. Si se quiere obtener un vino que potencie su aspecto ácido, el momento ideal para la vendimia es cuando las uvas aún no estén completamente maduras: en este caso se habla de vendimia temprana.
Con el paso del tiempo y con una mayor maduración de la uva, los niveles de acidez disminuyen y se produce un aumento de los azúcares: para la mayoría de los vinos, este es el mejor momento para la cosecha y para una vinificación exitosa. Los vinos dulces y de postre, en cambio, se suelen elaborar con uvas muy maduras, con un elevado contenido de azúcar, por lo que el proceso de maduración de la uva será prolongado, dejando las uvas en la vida y optando por una vendimia tardía, como sucede en la elaboración del Montepulciano d’Abruzzo DOC “Collection”. Sin embargo, a veces las condiciones climáticas, en ocasiones caracterizadas por el calor y la sequía, pueden provocar una maduración prematura de la uva, adelantando la vendimia a finales de julio o principios de agosto. La recogida de la uva, por tanto, tiene una cadencia anual variable, que puede extenderse de julio a noviembre.
La correcta maduración de la uva
Antes de la llegada de la tecnología, los viticultores tenían que ser capaces de deducir la maduración correcta de las uvas basándose solo en su experiencia y conocimientos en el campo para que todos sus esfuerzos no fueran en vano y dieran como resultado un vino de baja calidad. En la actualidad, los avances científicos y tecnológicos han puesto a disposición de los viticultores herramientas y criterios para determinar la maduración ideal de la uva, que puede ser de tres tipos:
- Maduración tecnológica: indica el nivel de equilibrio entre los ácidos y los azúcares presentes en la uva, teniendo en cuenta también la concentración de aromas y taninos y representa el momento óptimo para la vendimia;
- Maduración fenólica: se produce cuando los polifenoles, presentes en los hollejos, alcanzan su máximo nivel, determinando la cantidad de taninos en la uva, la estructura de los vinos y su coloración. Todos estos aspectos son fundamentales, especialmente en los que respecta a los grandes vinos tintos, como el Barbaresco DOCG;
- Maduración aromática: indica el momento en el que la uva ha alcanzado la máxima acumulación de aromas en su interior, que disminuirían si la maduración fuese demasiado larga. El aspecto aromático es el más buscado para los vinos blancos y espumosos.
Por ello, los viticultores observan las curvas de maduración de las uvas y utilizan instrumentos profesionales como el refractómetro, un instrumento óptico que utiliza la luz para devolver el valor de los azúcares presentes en la uva, lo que ayuda a los viticultores a determinar el momento óptimo para la vendimia.
¿Cómo se realiza la vendimia?
Una vez que la uva ha alcanzado su maduración ideal, comienza la delicada fase de la vendimia: hay que tomar muchas precauciones para evitar que la uva fermente espontáneamente antes de llegar a la bodega. Su recolección no debe realizarse con alta humedad, y no se debe llevar a cabo la vendimia en las horas más cálidas del día. Además, también se requiere cierta delicadeza durante la recolección para no dañar las uvas y derramar su jugo. Teniendo en cuenta estos requisitos, la vendimia puede realizarse de dos maneras: manualmente, come en el caso del Chardonnay Puglia IGP Biologico, o con la ayuda de máquinas especiales.
Vendimia a mano
Como su nombre indica, la vendimia a mano implica la recolección de las uvas a mano. No se utilizan herramientas mecánicas, sino solo el cuidado de los propios viticultores, que cortan las uvas con tijeras especiales tras examinarlas cuidadosamente. A continuación, la cosecha se deposita con cuidado en pequeños contenedores que pueden contener un máximo de 15-20 kg de uvas, que los vendimiadores transportan a las bodegas para poder comenzar el proceso de elaboración del vino. La vendimia suele comenzar con las uvas blancas, como en el caso del Vermentino “Terre Siciliane” IGT, cuyas uvas se recogen a mano a partir de mediados de septiembre. La vendimia a mano es la mejor solución en el caso de los viñedos pequeños, además de ser la única opción contemplada en los pliegos de condiciones de algunos DOC y DOCG.
Vendimia mecánica
La cosecha mecánica se realiza con máquinas especiales que, mediante “batidores”, sacuden la vid y hacen que las uvas se desprendan de los tallos. A continuación, las uvas se transportan mediante sistemas de recepción a cintas transportadoras y finalmente al depósito de almacenamiento.
En el mercado existen diversos tipos de máquinas vendimiadoras, que son herramientas necesarias para reducir los costes de mano de obra en el viñedo: pueden ser remolcadas o autopropulsadas y con sacudida vertical u horizontal, según el método de cultivo de la vid y el tamaño en hectáreas del viñedo. Las vendimiadoras más avanzadas son incluso capaces de pasar al siguiente nivel de la vendimia, la clasificación, es decir, la separación de las uvas de cualquier residuo como hojas o uvas dañadas.
Una vez terminada la vendimia, los viticultores proceden a la vinificación propiamente dicha de la uva, que permite elaborar fantásticos vinos con los que deleitarnos. ¡Pruébalos todos con Giordano Vinos!