El calor de nuestras familias y la posibilidad de pasar más tiempo junto a nuestros seres queridos nos recuerda que es siempre un buen momento para celebrar nuestra vida con un fuerte brindis, y afortunadamente la primavera trae consigo grandes promesas y el deseo de renacer con sus vinos blancos y rosados.
Idóneos para acompañar diferentes platos y para exaltar los sabores más delicados, estos vinos son la opción ideal para dar la bienvenida a los días soleados. He aquí algunas de las propuestas que no te debes perder.
Un blanco seco para cada ocasión
En este período en el que hemos de transcurrir mucho tiempo en casa, optar por un vino blanco que se preste para ser consumido incluso durante las comidas diarias es la mejor elección. Raggiante es perfecto para saborear con cualquier tipo de preparación: pescados, quesos, carnes y tentempiés, son todos platos perfectos para esta botella. Este vino seco que se inspira en el Mediterráneo y en los rayos del sol que bien lo identifican, dejará en tus papilas olfativas notas afrutadas y de gran frescura y en el paladar una sensación de suavidad muy agradable.
Aperitivos y meriendas con Provobis
Miremos el lado positivo: tenemos mucho tiempo libre a nuestra disposición y podemos dedicarnos a aquello que más nos gusta hacer: leer, mirar películas, elaborar dulces, pero también comer y relajarnos pueden entrar en la categoría de afición. Combina con un trozo de pastel con mermelada recién horneado un cáliz de Provobis. Este vino espumoso marida bien con preparaciones a base de masas quebradas, pero también con ricos aperitivos que pueden anticipar tu cena familiar.
El rosado delicado para combinaciones imprevisibles
El rosado es el vino de la primavera. Los aromas y las notas delicadas de este tipo de vinos no ponen a todos de acuerdo, sin embargo, los verdaderos entendedores como tú saben que con la combinación justa dan un empujón de más a los platos que acompañan. Para recibir por todo lo alto la nueva estación nuestro consejo es abrir la Exclusiva Etiqueta Oro Rosado Puglia IGT, un rosé de toques afrutados que combina a la perfección con carnes blancas y crustáceos, pero también con una estupenda pizza, mejor todavía si es casera.