La tradición gastronómica italiana -especialmente la de extracción campesina y más pobre- está a la vanguardia cuando se trata de utilizar ingredientes comúnmente considerados desechos. La tendencia no sólo afecta a la carne de cerdo -de la que, según un famoso proverbio, "no se puede tirar nada"-, sino también a las verduras, a menudo protagonistas del desperdicio alimentario. Entre los ingredientes reciclados que han pasado a la historia de la cocina casera están las flores de calabaza, inflorescencias que crecen en los extremos de los calabacines o en la planta de la calabaza, ricas en vitaminas y sales minerales, y perfectas para crear platos sencillos pero sabrosos.
Aquí tienes 5 recetas con flores de calabaza y los mejores vinos para combinarlas.
1. Un clásico atemporal: flores de calabaza rebozadas
Cuando se está en una región, se está frito. En el caso de las flores de calabacín fritas -un gran clásico de los aperitivos y la comida callejera italiana-, son Emilia-Romaña, Lacio, Basilicata y Calabria las que comparten la costumbre de cocinar estas particulares inflorescencias de diversas maneras. En su versión más sencilla, se rebozan en harina, agua y cerveza y se fríen en abundante aceite hirviendo, pero los verdaderos conocedores del género prefieren enriquecer el conjunto rellenando las flores con un trozo de queso o mozzarella y una anchoa, para conquistar el paladar con una explosión de sabores que hará que inmediatamente se quiera pedir repetir.
El vino que acompañe estas recetas de flores de calabacín rellenas debe ser capaz de desengrasar el paladar de la untuosidad de la fritura, apoyando al mismo tiempo la sabrosura de las anchoas, como un Prosecco DOC Rosè Spumante Millesimato 2021. Especialmente indicado para platos de pescado y sabrosos entremeses, combina muy bien con las flores de calabaza fritas, gracias a una efervescencia refrescante y un bouquet organoléptico vivo, en el que se perciben notas de flores y frutos rojos, con un toque de violetas. ¡Un verdadero maestro del arte del aperitivo!
2. Pasta con flores de calabacín, queso feta y pan rallado
Utilizar flores de calabaza en la gastronomía italiana significa encontrar diversas formas de convertirlas en un sabroso condimento para los platos de pasta. En libros de cocina y artículos de blogs hay recetas para todos los gustos, desde las más ligeras a las más corpulentas, enriquecidas con sabores intensos y picantes.
Fragante y sabrosa, la pasta con flores de calabaza, queso feta y pan rallado es perfecta para deleitar el paladar durante los almuerzos de primavera y verano. En este plato, el dulzor natural de la pasta choca con el regusto ácido del queso griego, mientras que el pan rallado le confiere una textura inconfundible y ligeramente crujiente. El resultado de estas recetas de pasta con flores de calabaza es un excelente equilibrio de sabores, merecedor de un vino de carácter picante.
En este caso, se puede apostar por un tinto de buena graduación, como un Cannonau di Sardegna DOC, caracterizado por una notable presencia de taninos y sugerencias mediterráneas claramente reconocibles. En cata, es ligeramente especiado y balsámico, adecuado para maridar con quesos locales, pero también capaz de casar con los intensos sabores del feta.
3. Risotto con flores de calabacín y gambas
Excelentes solas o con otras verduras, embutidos, quesos y carnes saladas, las flores de calabacín también combinan bien con ingredientes marinos, creando una asociación especial con las gambas. Estos últimos, caracterizados por una carne blanda con un regusto ligeramente dulzón, encuentran en las flores de calabacín excelentes aliados para crear un condimento sabroso y ligero para risottos fáciles de preparar, pero excelentes para sorprender a los comensales con una receta diferente.
El mejor vino para maridar recetas con flor de calabaza como ésta es un blanco ligero y delicado, como un versátil Vermentino di Sardegna DOC 2022, protagonista de maridajes perfectos con verduras y platos de marisco. Caracterizado por un color amarillo pajizo con reflejos verdosos y una carga aromática que recuerda a un ramo de flores, el Vermentino desprende su alma refrescante gracias a sus aromas cítricos, que además aportan un toque amargo al final.
4. Pizza con flores de calabacín y salchicha
Margherita, marinara y quattro stagioni son verdaderos clásicos para los aficionados a la pizza, pero hace tiempo que este sector gastronómico ha demostrado que con una pizca de creatividad es posible crear combinaciones insólitas y, por qué no, nuevas tendencias. La pizza de flor de calabaza y salchicha es un excelente truco culinario para ofrecer al paladar un equilibrio perfecto entre la delicadeza de estas inflorescencias y el sabor de la salchicha, que invita inmediatamente a tomar un segundo trozo.
La elección del maridaje en este caso recae en descorchar una botella de aterciopelado Cabernet Sauvignon Puglia IGT.
Se necesita un carácter como el de este vino -que se vuelve más mordaz con la edad- para soportar mejor el sabor salado y untuoso de la salchicha. Los aromas florales y especiados y los toques particulares de violetas y pimienta son rasgos excelentes para aguantar incluso el regusto más intenso.
5. Tortilla de flor de calabaza y cebolleta
En el ajetreo de la rutina diaria, la tortilla encarna esa comida rápida que se puede preparar incluso cuando se dispone de poco tiempo. Sin embargo, con algunos ingredientes adicionales y cuidado, esta receta puede enriquecerse y ennoblecerse, por ejemplo añadiendo flores de calabaza y cebolleta al huevo batido, que le dan un toque extra de sabor y color.
La mejor combinación de vino y flores de calabaza en este caso es una botella que pueda soportar los intensos aromas del huevo y la verdura a la sartén, que contrarrestan la delicadeza de las flores. La elección puede recaer en un Lugana DOC, un vino que aprecia especialmente las recetas lacustres, pero que también sabe lo que hace cuando acompaña platos de huevo y verduras con aromas intensos y persistentes. En esta tarea sobresale gracias a una buena estructura y cuerpo, pero sobre todo a una frescura innata, conferida por el sabor sabroso y las notas organolépticas de flores, melocotón, cítricos y frutas tropicales.
Ahora que ya sabe cómo cocinar las flores de calabaza, es el momento de conseguir el vino que necesita para maridarlas en su mejor momento. ¡Explora el catálogo de Giordano Vinos!