Sabemos que te encanta brindar y que nunca te echas atrás cuando se trata de descorchar un buen vino, pero… ¿estás seguro de que tienes las copas adecuadas? Beber bien significa prestar atención también a esto: ¡cada vino tiene su propia copa por una buena razón! Veamos juntos cómo elegirlas, por qué es importante utilizar la más adecuada según el vino que se vaya a servir y cuántos tipos hay (¡son muchos, ya lo verás!).
Copas de vino: por qué es importante elegir la copa adecuada
Puede parecer un detalle sin importancia, pero en realidad no lo es: una copa puede decir mucho sobre el vino incluso antes de probarlo, por eso su forma es tan importante.
Tomemos por ejemplo el icónico gesto de agitar la copa (tan apreciado por los sumilleres, pero también por los amantes del vino de todo el mundo): no se hace solo por espectáculo, sino que es esencial para oxigenar los vinos que llevan mucho tiempo en botella. Por ejemplo, un buen tinto con cuerpo como el AMARONE DELLA VALPOLICELLA DOCG, debe dejarse oxigenar antes de degustarlo: ¡pruébalo en la copa adecuada y notarás la diferencia!
Para un vino joven o para un blanco fresco y suave como el BIANCO VENETO IGT CA' MERLETTO, se debe elegir una copa menos ancha, que empuje el bouquet hacia la nariz: como sus aromas son muy suaves y delicados, no deben dispersarse en una copa ancha, que tiende a airear mucho el contenido.
Por último, servir el vino en la copa adecuada permite apreciar plenamente su color y, en el caso de los espumosos, su perlage. No es casualidad que, por ejemplo, las copas de vino espumoso sean tan altas y estrechas: es un auténtico placer ver como todas esas burbujas suben hacia arriba, provocando una sensación súbita de alegría y ganas de celebrar, pero no solo eso… Imagina disfrutar de un fantástico RIBOLLA GIALLA fresco en una copa grande: ¡seguro que se convertiría en un brindis memorable, pero no por las razones adecuadas! No te preocupes, enseguida hablaremos en detalle de todos los tipos de copas para que te quede todo mucho más claro.
Mientras tanto, sean cuales sean los brindis que tengas previsto hacer, si eliges la copa adecuada, no solo tendrás un mayor encanto y parecerás mucho más profesional, sino que también podrás disfrutar plenamente del vino que elijas y apreciar todos sus matices y peculiaridades. ¡Elige la copa adecuada!
Copas de vino: cuáles son sus características fundamentales
Si eres un gran amante del vino, probablemente ya lo sepas: es muy importante utilizar los términos adecuados cuando se habla de vino, e incluso en el caso de las copas de vino, es importante conocer bien sus partes: aquí encontrarás una explicación breve y muy útil de las características que tiene una copa de vino.
- La boca es la parte más alta de la copa, la parte de la que se bebe el vino, y puede ser más o menos amplia.
- El cáliz es la parte central que contiene el vino: como explicábamos antes, puede ser más o menos ancha dependiendo del vino que se vaya a servir.
- El tallo (o fuste) es la parte central: hace que la copa sea más estilizada y elegante pero también tiene una función práctica, de hecho, sujetar la copa por el tallo ayuda a preservar la temperatura del vino (sujetarla por el cáliz sube la temperatura del vino debido al calor de la mano)
- La base, por último, es la parte plana que nos permite apoyar la copa, pero también es un buen lugar para sujetarla (como a menudo habrás visto hacer a los sumilleres más experimentados).
Copas de vino: todos los tipos de copas para tu mesa
Ahora que conoces todas las partes de una copa, podemos adentrarnos en el fascinante mundo de la cristalería del vino: estos son todos los tipos de copa con sus características y unos cuantos consejos sobre su uso. Curioso, ¿verdad?
- La copa balón es muy popular y, reconozcámoslo, muy fascinante: se trata de una copa redonda, baja y de gran capacidad, diseñada precisamente para agitar el vino en su interior para que se oxigene bien y salgan todos los aromas que contiene. Es perfecta para vinos tintos con cuerpo y pocos taninos.
- La copa Burdeos, en cambio, tiene un cáliz muy ancho y, a menudo, un tallo largo: es excelente para degustar tintos como el Cabernet Sauvignon o el Brunello, porque permite que el vino en su interior se decante más y libere todos sus "aromas ocultos".
- La Gran Cru (o Borgoña) es el tipo de copa más ancha (y, reconozcámoslo, demasiado voluminosa para guardarla en la cocina). Puede tener la boca recta o ligeramente abierta: gracias a esta característica y a su volumen, favorece la proliferación de los aromas y es ideal para degustar un buen Barolo o un Pinot Noir.
- La Renano, que tal vez te suene, tiene un cáliz ancho y una boca estrecha para permitir que se perciban los aromas terciarios producidos por la crianza del vino. Por eso es la copa ideal para blancos con cuerpo como el Sauvignon o el Riesling.
- La tulipán es un clásico que nunca debe faltar en tu colección (quizá 6 sean suficientes, pero siempre debes tener alguna lista para usar). Su boca acampanada, más ancha que su cáliz, la hace perfecta para vinos blancos jóvenes y frescos, como el Chardonnay o el Verdicchio.
- La flauta, que se llama así porque su forma recuerda a una flauta, tiene una forma estrecha y alargada para limitar al máximo el espacio en el que se vierte el vino. Al ser una copa para vinos espumosos, sería una pena perder todo ese fantástico perlage por exceso de oxigenación, ¿no te parece?
- La copa Asti recuerda inmediatamente a los brindis de El Gran Gatsby: tiene un cáliz aplanado y semiesférico que termina en una abertura muy amplia, lo que le da un aire muy retro. Es la copa perfecta para degustar un Moscato d’Asti o un vino espumoso dulce y aromático, ya que su forma hace que los aromas más intensos sean menos "molestos".
Ahora que conoces todos los secretos para elegir la copa adecuada, solo te queda degustar algunos de los vinos especiales de Giordano: déjate inspirar y elige tu vino favorito para brindar en compañía. Ya solo queda decir: "¡Alzad las copas!"