Muchas cosas son universalmente conocidas sobre el champán: que sólo puede producirse dentro de las fronteras de la región del mismo nombre, que se elabora por segunda fermentación en botella y que el proceso de vinificación -el conocido méthode champenoise- fue probablemente (aunque con algunas dudas sobre su autoría) perfeccionado por Dom Pierre Pérignon. Pero no todo el mundo conoce sus distintos tipos, ni sabe qué etiqueta descorchar según el gusto de cada uno.
A continuación le mostramos cómo elegir el champán según sus tipos y cómo maridarlo con la comida.
Comparación de los tipos de champán
La historia milenaria del Champagne y el constante perfeccionamiento de sus técnicas de producción han dado lugar a lo largo de los años a numerosas variantes, que distinguen a este fino espumoso francés por su color, técnica de vinificación, nivel de dulzor, Cru y añada.
Distinción por color y vinificación
Elaborado predominantemente con uvas Pinot Noir, Chardonnay y Pinot Meunier, la distinción por colores de un champán depende de cómo se vinifiquen:
- Blanc de Blancs: es el estilo de producción más extendido, obtenido de la vinificación en blanco de uvas blancas, en este caso exclusivamente Chardonnay. Tiene un perfil delicado y elegante, y notas organolépticas entre las que destacan los aromas cítricos.
- Blanc de Noirs: se obtienen de la vinificación en blanco de uvas negras como Pinot Noir y Meunier. Tras un prensado suave, los hollejos se separan inmediatamente del mosto para no teñirlo en exceso. Tiene un sabor más estructurado y complejo, caracterizado sobre todo por notas de frutos rojos.
- Rosado: El champán rosado se elabora mezclando vinos tintos y blancos de la región, o dejando macerar durante más tiempo las pieles de Pinot Noir y Meunier en contacto con el mosto. Frescos, florales y afrutados, se caracterizan en el paladar por una marcada mineralidad.
Distinción por dosis
Durante las distintas etapas de la vinificación del Champagne, el productor puede elegir la dosificación, es decir, el nivel de dulzor que caracterizará el rendimiento final, modulando la cantidad de azúcar presente en el licor de expedición, que se añade a la botella tras el degüelle. Según su porcentaje, los distintos Champagnes pueden distinguirse en:
- Brut Nature: 0-3 g de azúcar por litro.
- Extra Brut: 3-6 g de azúcar por litro.
- Brut: 6-12 g de azúcar por litro.
- Extra Seco: 12-17 g de azúcar por litro.
- Seco: 17-32 g de azúcar por litro.
- Demi-Sec: 32-50 g de azúcar por litro.
- Doux: > 50 g de azúcar por litro.
Distinción por Cru
El término Cru (literalmente crecimiento) se originó como método para fijar el precio de un champán, pero hoy indica el origen de este vino espumoso francés de un viñedo específico o de una zona concreta, normalmente para clasificar su calidad histórica.
Si busca un champán de gran valor, puede optar por un Premier Cru o un Grand Cru:
- Grand Cru: incluye el Champagne de mayor calidad, procedente de terruños con características excelentes, en las mejores zonas de producción de Champagne. Hay un total de 17 municipios Grand Cru en la región.
- Premier Cru: vinos de calidad producidos en determinadas zonas de la región, pero inferiores a los Grand Cru. En Champagne hay 44.
Distinción por añada
A la hora de elegir los mejores Champagnes para probar al menos una vez en la vida, el año de cosecha también es relevante, ya que influye en la calidad y las características del vino:
- Sans année: el 90% de los Champagnes pertenecen a este tipo y se obtienen mezclando vinos producidos en añadas diferentes. Son los productores quienes determinan las añadas, con el fin de crear una continuidad organoléptica. Sin embargo, son menos valiosos y más baratos que los Millésimes.
- Millésime: los champagnes de añada son bastante raros y apreciados. Se elaboran a partir de uvas de una sola añada, que proporcionó a los productores un buen rendimiento. Esta elección se refleja en las características organolépticas del vino, que tiene un estilo único y particular, ligado a las condiciones climáticas de una añada específica.
Cómo elegir y maridar el champán: 4 etiquetas imperdibles
Es difícil experimentar el elegante y refinado mundo del Champagne sin probar más de una variedad, por eso Giordano Vini propone cuatro etiquetas excelentes para hacerse una idea lo más completa posible.
1. Champán Blanc de Blancs Grand Cru
Este repaso se abre con el estilo más popular de Champagne -el de vinificado en blanco-, pero perteneciente al Cru más raro y preciado. Si quiere experimentar el mejor Champagne -o al menos uno de los mejores- esta es la etiqueta adecuada para empezar: un Champagne Blanc De Blancs Grand Cru.
Su color amarillo pajizo, moteado de reflejos dorados, no parece tener nada de especial en comparación con muchos otros productos similares, pero su degustación revela de inmediato la excelencia de este producto, que se expresa con persuasivas notas de fruta madura de pulpa blanca y flores refrescadas por tonos cítricos y los típicos toques de corteza de pan. La marcada mineralidad y el suave sorbo conquistan el paladar.
En la mesa es un excelente compañero de aperitivos, desde los más refinados con ostras y caviar hasta los más desenfadados con pescado frito mixto, finger food de pescado, crudités de atún, mini croissants de salmón y sándwiches. También es excelente para platos principales de marisco, desde spaghetti allo scoglio hasta risotto con tinta de calamar y filetes de pescado al horno.
2. Champán "Cuvée Alexia" Rosé
Después de probar el Blanc de Blancs, también merece la pena probar un rosado, bien representado por un Champagne 'Cuvée Alexia' Rosé. Lo primero que llama la atención de este producto es su color, un rosa brillante y luminoso que atrapa la vista e invita a degustarlo. La nariz puede entonces disfrutar del bouquet organoléptico que mezcla con gracia y elegancia notas de fresas silvestres y rosas, mientras que el sorbo, satisfactorio y fresco, confirma el alma afrutada de este vino.
Los mejores maridajes con este champán siguen siendo los platos de pescado, pero no los más sofisticados. ¿Le apetece aportar un poco de elegancia a sus veladas con amigos? Descorche esta botella en una rica barbacoa de marisco: ¡combinará bien con salmón a la parrilla, pez espada y langostinos!
3. Champán Blanc De Noirs Brut
Con un sorbo de Champagne Blanc De Noirs Brut experimentará las notas organolépticas de un vino espumoso francés vinificado en blanco a partir de uvas negras, en este caso Pinot Noir.
Las técnicas de producción siguen los requisitos de la agricultura ecológica y la vinificación se realiza con levaduras naturales y un periodo de envejecimiento de al menos 3 años. El resultado es excepcional: la variedad se refleja en los aromas, dando inconfundibles notas de frutas del bosque, con una nota mineral que lo refresca todo y el matiz siempre presente de la levadura.
Con un menú de pescado este producto siempre causa una gran impresión, pero ¿por qué no probarlo con un almuerzo o cena de carne blanca? Un clásico pollo asado con patatas, una parrillada mixta o una fresca ensalada de pollo y judías verdes encontrarán en este vino el acompañamiento perfecto.
4. Champán "Baron Fuenté" Grand Millésime
La añada 2013 dio lugar a una excelente cosecha francesa, el Champagne 'Baron Fuenté' Grand Millésime. La larga crianza en botella le confirió un elegante tono dorado.
El bouquet aromático debe todo a la mezcla de Chardonnay y Pinot Meunier, con un pequeño porcentaje de Pinot Noir, que crean delicadas notas de melocotón blanco, cítricos y frutos rojos. Fresco y vivo, cosquillea el paladar con un fino perlage y un sabor con cuerpo.
Cuando se trata de maridar el champán con la comida, hay mucho donde elegir. Este vino es tan bueno con aperitivos y entremeses como con platos principales, pero resulta todo un descubrimiento con una rica tabla de quesos.
Champán: orígenes y métodos de producción del rey de las burbujas
La producción de vino en la región francesa de Champaña tiene orígenes muy antiguos, que se remontan a la ocupación romana de la zona y continuaron en el siglo V con las poblaciones locales. Los productos locales gozaron de un éxito considerable, sobre todo en las primeras cortes nobiliarias, pero la Guerra de los Cien Años supuso un obstáculo para la gestión de las viñas.
La historia del Champagne comienza oficialmente en el siglo XVII, cuando el joven monje benedictino Dom Pierre Pérignon se instala en la abadía de Saint-Pierre d'Hautvillers. No fue él quien inventó el vino espumoso, pero perfeccionó sus técnicas de producción, estabilizándolas mediante una segunda fermentación programada en botella (y no por casualidad, como ocurría con la mayoría de los vinos espumosos).
La técnica que estableció -el llamado método Champenoise- fue ampliada por otros, que fueron perfeccionando los pasos de producción a los que se dedica la siguiente sección.
Método Champenoise paso a paso
El método de elaboración del champán, denominado método tradicional o, más concretamente, método champenoise, se basa principalmente en la segunda fermentación en botella. Ésta es la que crea las famosas burbujas, además de conferir al producto su típico aroma a levadura.
Las fases de producción pueden resumirse en estos puntos:
- Fermentación primaria: el mosto se fermenta en cubas. El contacto entre las levaduras cuidadosamente seleccionadas y el azúcar desencadena la primera fermentación, responsable de la producción de dióxido de carbono y la formación de efervescencia.
- Mezcla: el vino obtenido de la primera fermentación debe ser equilibrado. Por eso se añaden distintas variedades de vino tranquilo. No existe una receta única para este paso, ya que cada productor puede proceder según su propia inspiración, lo que da como resultado la mezcla, es decir, el vino base.
- Prise de mousse: a los vinos mezclados se les añade una mezcla especial de vino, azúcar, levadura y otros nutrientes, denominada licor de tiraje, y se embotella el conjunto. Este líquido es esencial para iniciar la segunda fermentación en la botella, la toma de espuma (Prise de mousse).
- Envejecimiento: el vino espumoso debe someterse a un periodo de envejecimiento en botella de al menos 9 meses. Durante este periodo, el vino reposa en la bodega, inclinado hacia delante en unos estantes especiales de madera llamados pupitres.
- Dégorgement: para favorecer la claridad del producto y separarlo de los restos de levadura, las botellas se giran dos veces al día. Las lías se acumulan hacia el corcho, que se congela en un líquido especial. El hielo y los restos de lías se descorchan finalmente en una fase denominada degüelle o dégorgement.
- Dosificación: debido al degüelle, parte del Champagne se pierde junto con la levadura. Por ello, es necesario rellenar la botella con una nueva mezcla, denominada licor de expedición. También en este caso, la receta varía de un productor a otro, lo que confiere al producto características únicas.
- Envasado: la última etapa tras el periodo de envejecimiento es el envasado, durante el cual las botellas se cierran con un corcho metálico y se comercializan.
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