"Navidad en familia, Pascua…" también en familia. Pero no todo van a ser malas noticias. Además, este año habrá días de maratones culinarios y barrigas llenas, porque, como todos sabemos, las fiestas en familia están llenas de excesos (en todos los sentidos).
¿Cómo sobrevivir? Si eliges el vino adecuado seguro que sobrevives a la comida. Lo importante es seguir estos pequeños trucos y verás como la comida de Pascua ya no te asustará.
Allá vamos...
¡Empecemos con el aperitivo!
Clásico y espontáneo, el Prosecco siempre pone a todo el mundo de acuerdo. ¿Qué hay mejor que un espumoso fresco y aromático mientras esperas al primer plato? Si se acompaña de aperitivos como unas aceitunas y unos canapés de salmón, será todo lo que necesitas para empezar con buen pie. Si quieres añadir un toque extra de primavera, prueba el Prosecco Rosé: con su color rosa antiguo y su bouquet floral y afrutado, es el vino perfecto para dar comienzo a tu comida de Pascua de forma elegante y despreocupada. Empecemos...
El príncipe de la mesa: el cordero
Uno de los platos más tradicionales, imprescindible en la mesa de Pascua. Sabores fuertes e intensos, que corren el riesgo de dominarlo todo, incluso el vino, si no se elige el más adecuado. Por ello, la mejor elección es sin duda un tinto con cuerpo y taninos suaves pero presentes, capaz de plantarle cara. Un Montepulciano d'Abruzzo, por ejemplo: color rojo rubí, con un bouquet aromático amplio y complejo, que va desde las notas de fruta madura hasta las más especiadas como el cacao y la pimienta negra. Acompañará a tu famoso cordero de forma estupenda.
Si, por el contrario, el menú de Pascua de este año incluye platos a base de carne como lasaña o pasta fresca con salsa de carne, elige un vino tinto con cuerpo, pero más aromático y menos exigente. En este caso, un Chianti irá a la perfección, ya que suele emplearse para maridar con suculentos platos de carne y salsas.
La reina de la Pascua: la colomba
La colomba es quizá el símbolo por excelencia de la Pascua en Italia, y por eso se merece un brindis especial. ¿Con qué vino acompañarla? Es importante tener en cuenta un cierto dulzor, pero no excesivo. De hecho, más que la masa, es el glaseado el que le da a la colomba su característico toque azucarado. Por otro lado, la naranja confitada y las pasas aportan matices de sabor particulares que es importante tener en cuenta a la hora de elegir el vino. Por eso, un maridaje acertado incluye un espumoso Metodo Charmat, como el '900 Gran Giordano: aromas intensos y afrutados, con fuertes notas de cítricos que refrescan la boca, ideal para terminar la comida.
¿Y con un huevo de chocolate?
Cómo olvidar los huevos de chocolate, el clásico final de una comida de Pascua, tengas la edad que tengas. La única diferencia radica probablemente en que, si eres mayor de edad, puedes servirte una copita de acompañamiento para terminar por todo lo alto. Aquí la elección no es tan difícil, porque con el chocolate lo ideal es un vino de postre como el Moscato Spumante Oro. El típico sabor de la uva moscatel, junto con una buena estructura y una gran suavidad, lo convierten en un compañero perfecto de postres y helados, mientras que su ligereza y su modesta graduación hacen que siga siendo muy agradable, a pesar de poner el broche de oro a un (delicioso) atracón.